Vive el Adviento con María

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Adviento.

Tiempo de esperanza.

Tiempo de gracia, de intimidad con Dios.

Tiempo de aguardar pacientemente a Jesús que viene.

Pero Jesús no va a venir si primero María no prepara el camino. Como sucedió en la primera Navidad de la historia.

 

María, la estrella del Adviento

maria-estrella-del-advientoMaría de Nazaret es la estrella del Adviento… Ella llevó en su vientre con inefable amor de Madre a Jesucristo. Ella vivió un Adviento de nueve meses en su regazo materno y virginal, pero también en su mente y en su corazón.

¡Qué largo y hermoso Adviento! Ella es la Madre de la Esperanza, el modelo de la espera. Supo, como nadie, preparar un sitio al Señor, el Hijo que florecía en sus entrañas…

Por eso el Adviento es el tiempo por excelencia de María. Así nos lo enseñó el Papa Pablo VI en la exhortación apostólica Marialis Cultus del 2 de febrero de 1974:

“…los fieles que viven con la Liturgia el espíritu del Adviento, al considerar el inefable amor con que la Virgen Madre esperó al Hijo, se sentirán animados a tomarla como modelo y a prepararse, vigilantes en la oración y jubilosos en la alabanza, para salir al encuentro del Salvador que viene…” (nº 4).

 

El Adviento de María

Y ¿cómo preparó María la primera venida de Jesús? ¿Cómo fue ese primer Adviento de la historia vivido tan intensamente por ella? ¿Cómo preparó ella la primera Navidad?

Puedes imaginarlo…

Por las callecitas de Belén María va buscando un lugar con José. Les han cerrado todas las puertas. Es de noche y hace frío.

jose-y-mariaY alguien les dice: “Hay un lugar allá atrás, donde no va nadie, está muy oscuro… Es un agujero, una gruta… Hay algunos animales… Pero por lo menos van a poder estar ocultos…“

Y la Virgen le dice: “José, ahí”. Porque ella siente en su corazón que debe ser en ese lugar. Y allá van, entre espinas, entre piedras… Se tuercen los pies porque no se ve nada, hace frío, se clavan las espinas…

Piensa en lo que significa eso para la Virgen… ¡Ella está a punto de dar a luz…!

Y llegan a la gruta. No se ve nada… Pero ¡qué olor! Es una cueva donde se resguardan los animales, un agujero donde no hay luz, y está lleno de espinas, de excremento, de orín… Y además hay bichos, telas de araña, humedad… Y hace frio… Es un lugar muy repugnante, solo los animales pueden vivir ahí.

Ahí va a nacer el Niño. Es el Hijo de Dios. Es el Hijo de María.

Y ahora imagina a Dios Padre…

Emocionado está observando todo desde el cielo, y les dice a los ángeles: “¡Miren lo que va a pasar ahora! ¡Miren lo que va a hacer esta Mujer! Por eso quiero yo nacer ahí… ¡Miren!”

Y María entra en la gruta de Belén y dice: “José, por favor, prende un fuego…” Y entonces todo se ilumina, y empieza a salir la humedad…

Y ella con sus manos primero empieza a sacar las espinas, las telas de araña, los bichos… Después acomoda a los animalitos, saca la paja que está sucia de excrementos o mojada de orín, hace un montoncito con la pajita seca en un rincón… Y empieza a preparar una cuna con un amor impresionante…

maria-esperaFinalmente sobre la paja seca acomoda unos pañales, dispone todo para que cuando nazca su Niño se encuentre a gusto… Su ternura de madre, su cariño, su amor inunda cada gesto… Y así todo se va transformando…

Y tanto le agrada a Dios eso que dice: “Yo no quiero otro lugar en todo el universo… ¡Ahí es donde yo quiero nacer! Porque eso es amor de verdad. Y ese es el corazón que yo preparé, donde ella va a meditar y a guardar todo y donde yo me he metido antes de que ella me conciba…”

Y el Verbo de Dios, que estaba junto a Dios y que era Dios, decide hacerse carne y poner su su Morada entre nosotros… Y por eso nace en esa cueva transformada en cuna por el amor inefable de una Madre Virgen…

 

María en tu Adviento

Hoy invita a María a preparar contigo la venida de Jesús. Invítala a tu Adviento… ¿No se parece la cueva de Belén a tu corazón? A veces está lleno de mal olor, de excremento, de orín… Hay animales, bichos, telas de araña, maleza, espinas… Está oscuro, frío, olvidado de todo el mundo… Hay soledad, tristeza, angustia… Porque eso es lo que hace el pecado en nosotros.

Y es ahí precisamente donde Jesús quiere nacer. En medio de esa oscuridad, en medio de esa basura. Dirás: “Pero Señor, ¡está tan sucio…!” “¡No te preocupes!”, dice Dios: “¡No te preocupes! Porque va mi Madre…”

Entonces, dale cabida a ella en tu corazón. Conságrate a ella, invócala, ámala, reza el Santo Rosario… Verás cómo través de esta oración ella irá transmitiéndote toda su acción… Y como hizo en Belén, irá limpiando y disponiendo toda tu vida, iluminando, sacando la humedad, el excremento, el orín, los bichos; sanando los olvidos, las soledades, las angustias…

maria-en-tu-advientoY empezarás a desear cada vez más a Dios. Querrás dejar el pecado y no ofender más a Dios, y te irás a confesar… Y tendrás hambre de Dios, y lo buscarás en la Eucaristía.

Y así Jesús podrá nacer de nuevo en tu corazón, porque encontrará un lugar tan lleno de amor como el que su Madre le preparó en la primera Navidad.


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