Mi mamá me entregó a Dios estando yo al borde de la muerte y creo que Dios lo tomó muy en serio…
Rocío Margarita Arias López
Mi padre era agricultor y ganadero. Pasamos nuestra niñez en la ex hacienda de San Mateo, Valparaíso, Zacatecas, en una casa enorme y majestuosa construida en 1735 por el Conde Don Fernando de la Campa y Cos, la cual compró mi padre en 1940 a la familia Llaguno. La Iglesia del pueblo estaba pegada a nuestra casa y teníamos una entrada interior al templo. Sólo subíamos unas escaleras, abríamos una puerta que conducía al Coro de la Iglesia y ya estaba frente al Sagrario. Así que como quien dice, tenía a Jesús Sacramentado en mi casa desde niña.
Mi vocación se la debo a la misericordia de Dios y a mi mamá, primero por su ejemplo de ser ella misma una mujer consagrada a Dios. En medio de tanto sufrimiento en su vida, Dios fue su único refugio. Ella me entregó a Dios estando yo al borde de la muerte y creo que Dios lo tomó muy en serio.
En mi niñez mi papá ayudaba a las religiosas a recolectar el diezmo que se daba a la Iglesia o a los consagrados. Era maíz, frijol, y otros alimentos. Fue cuando nació en mí el deseo de ser religiosa.
Fui una niña con muchas limitaciones físicas, por un problema en mi columna que hizo que tuviera que usar corset de yeso por varios años. Esto influyó en mi carácter, tímida y retraída, pero también me sensibilizó a las necesidades de los que me rodeaban. En mi adolescencia y parte de mi juventud me olvidé por completo del deseo de ser religiosa. Quería casarme. Pero nada me llenaba. Me sentía vacía, sobretodo en mis relaciones sentimentales. Hasta que en 1982 me encontré nuevamente con el Señor en el Movimiento de Renovación Carismática y volví a sentir ese deseo de entregarme a Él, y aunque no era muy fuerte siempre existía en mí esa inquietud.
En 1984 asistí por primera vez a los Congresos de la Renovación Carismática en San Luis Potosí invitada por el hermano Poncho, ahora Padre Poncho.
En 1986 asistí a un retiro vocacional. A ese retiro asistió también la Hermana Liz Guerrero. Saliendo del retiro hablé con la Madre Isabel sobre mi inquietud y ella me dijo que fuera a mi casa y que continuara estudiando. Entonces pensé que Dios no me llamaba a la vida consagrada, pero en el fondo seguía con esa inquietud. Los siguientes cuatro años fueron de lucha con el llamado de Dios, mis temores y el deseo de casarme.
Terminando de estudiar pensé en irme a Estados Unidos a trabajar y estudiar. Ya fuera que me casara o me consagrara, quería tener esa experiencia.
Antes de irme asistí a un Congreso en San Luis Potosí y volví a sentir esa plenitud de gozo, de ternura, y pensé que para qué buscaba en otra parte lo que solamente en Él podía tener. Sin embargo, tenía el temor de no encontrar quien me apoyara económicamente si me quedaba pues mis papás estaban separados en ese tiempo y yo no quería que mi mamá lo hiciera.
Hablé con la Madre Isabel y ella me invitó a tener una experiencia de vida comunitaria en la Casa de San José, con la cual me convencí del llamado que el Señor me hacía. Ingresé a la Hermandad Discípulas de Jesús el 8 de enero de 1990 e hice mis Votos Perpetuos el 20 de agosto de 1995 y la fidelidad de Dios no se hizo esperar, pues tuve y tengo todo lo que necesito.
Doy gracias a Dios por estos años de bendiciones para esta Hermandad y por la consagración de nuestras Madres Isabel de la Cruz Crespo Ruiz y María del Carmen Crespo Martínez.
¡DAD GLORIA AL SEÑOR AHORA Y POR SIEMPRE!
DATOS BIOGRÁFICOS
Nací el 27 de julio de 1961 en Fresnillo, Zacatecas. Mis padres son Antonio Arias Montoya (+) y mi madre Sara López de Arias (+). Mi padre nació en Las Norias de Abrego, Zacatecas y mi mamá en Los Angeles, California, aunque de muy niña sus padres se regresaron a Valparaíso, Zacatecas, donde quedó huérfana de padre cuando era muy niña. Su mamá se volvió a casar, por eso ella tomó la decisión de casarse muy chica con mi papá.
Tuvieron 14 hijos de los cuales vivimos 12: Antonia, María Luisa, Francisca, Bernarda, Gregorio, Mariana, Sara, María Elena, José Manuel, Elizabeth, yo y Victoria Eugenia. Fui bautizada en San Mateo, Valparaíso, Zacatecas, el 17 de septiembre de 1961, confirmada en Abrego, Fresnillo, Zacatecas, el 29 de abril de 1968. Hice mi Primera Comunión el 12 de diciembre de 1970 en San Mateo, Valparaíso.
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