Las palabras que llegaron a mi corazón fueron: «Porque tu Esposo es tu Hacedor. Yahvé Sebaot es su nombre…»
Patricia Cruz Valencia
A la edad de 17 años tuve una crisis. Ya no me importaba nada. Solo deseaba morir. Había una desunión familiar muy fuerte. Una noche reté a Dios y le dije llorando: «Si existes, salva a mi familia. Yo me doy como víctima».
La respuesta de Dios fue clara cuando mi hermana mayor, Irene, nos invitó a mi hermana, a mi mamá y a mí al grupo de Renovación Carismática. Nos decía: «Allí explican la Palabra de Dios y oran muy bonito». Entré al grupo y creció mi fe en Dios y una inquietud de vivir solo para Él iba creciendo en mi interior. No lo quería aceptar. Decía en mis adentros: «¿Monja yo? ¡Ni loca!» En mis oraciones le decía al Señor: «Yo no quiero quedarme sola. Casada o consagrada, pero… acuérdate Señor que me quiero casar».
Estuve cuatro años en el grupo de Renovación Carismática. En este lapso también terminé mi carrera y la inquietud seguía. Yo me resistía.
En el año de 1990 me invitaron a formar parte de la Comunidad Nueva Alianza de Tequisquiapan, Querétaro. Entré y mi hermana Irene nos contó que había unas mujeres consagradas en San Luis Potosí que vivían este estilo carismático y el carisma de la Comunidad. Mi inquietud por conocerlas era grande y decidí ir a San Luis Potosí.
En el año 1992 salí a San Luis Potosí a visitar a las Discípulas de Jesús. No conocía esta ciudad, así que me hospedé con un matrimonio que había ido a Tequisquiapan y conocía a mi familia. Les compartí mi inquietud y me llevaron a la oficina de la calle 5 de Mayo. Me recibió la Hermana Angélica. Le comenté mi inquietud y me mandó a la casa de Benigno Arriaga 1130 con la Madre Isabel de la Cruz. Fui inmediatamente a esta dirección. Me recibió la Madre Isabel. Me hizo algunas preguntas generales y me dijo: «Cuándo quieras conocernos más, ven a convivir unos días con nosotras. Las entradas a la Hermandad son en enero o en agosto». Volví con el matrimonio y antes de partir a Querétaro oraron por mí y el Señor le dio una visión a la Sra. Ojeda: la Virgen María me daba una azucena, y ella entendía que era signo de consagración.
Ese mismo año volví a San Luis Potosí para tener una experiencia con las Hermanas. Estuve tres días. El Señor me habló a través del estilo de vida de las Hermanas, sobre todo en la fraternidad. Experimenté que allí me quería Dios. Antes de venirme, le comenté a la Madre Isabel mi deseo de ingresar y me dijo: «En enero o en agosto». En mi interior, seguían dos luchas: una, mi deseo de casarme; otra, Dios que me llamaba.
En enero de 1993 me habló la Madre Isabel de la Cruz para saber si iba a entrar y le dije que no; prefería entrar en agosto. En agosto del mismo año, hablé para decir que ya no entraría ese mes sino más bien en enero del año siguiente.
En septiembre de 1993, me fui al templo a orar. Eran aproximadamente las 6:00 p.m. Me dirigí directo a la capilla del Santísimo y le dije al Señor: «Solo quiero hacer tu voluntad. Dime por favor cuál es». Me inspiró a abrir la Biblia y mis ojos fijaron la mirada en el pasaje de Isaías 54. Las palabras que llegaron a mi corazón fueron: «Porque tu Esposo es tu Hacedor. Yahveh Sebaot es su nombre…» Comprendí que esa era su voluntad.
Hablé a la casa de Benigno Arriaga en diciembre para saber si me admitían en enero y me dijeron que sí. Entré el 8 de enero de 1994 a la Congregación y el 12 de agosto del año 2000 hice mis Votos Perpetuos. ¡Que Dios me de la gracia de la perseverancia final!
¡DAD GLORIA A DIOS AHORA Y POR SIEMPRE!
DATOS BIOGRÁFICOS
Nací el 6 de agosto de 1969 en el Barrio La Magdalena en Tequisquiapan, Querétaro. Soy la sexta de ocho hermanos: Irene, Martín, Noé, Olivia, Rosa, María Isabel y Virginia. Mis padres son Francisco Cruz Valencia y María Isabel Valencia Arteaga. Estudié Administración de Empresas Turísticas en Tequisquiapan.
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