Les dije a mis papás: «Adios, ya me voy». Y me vine caminando…
Liz Graciela Guerrero Díaz de León
Mi compromiso y mi entrega al Señor crecieron cuando entré a un grupo de Renovación Carismática, junto con mi familia, a los 11 años.
A los 16 años participé en un retiro vocacional con las Discípulas de Jesús. Aquí experimenté un fuerte llamado a vivir consagrada, solo para el Señor, para siempre. El 16 de julio de 1986, en este retiro, le di el sí al Señor para toda mi vida. Lo hice a través de un compromiso privado y personal que escribí en mi libreta.
Dios me confirmó este llamado a través de dos textos bíblicos: Is 62,1-9 y Mt 11,12 y también por una visión de una hermana. Ella me veía con un hábito blanco y me decía que yo iba a ser uno de los pilares de esta Hermandad.
En Cuaresma de 1988 (a los 17 años) la Madre Isabel me invitó a la Hermandad. Yo le pregunté, «¿Cuándo?» Y ella me dijo: «¡Ya!» Entonces avisé a mis papás y el Sábado Santo hice mi maleta. Les dije a mis papás: «Adiós, ya me voy». Y me vine caminando.
Entré a esta Hermandad enamorada de Dios, feliz, segura, decidida, despojada, valiente, convencida de que Dios cuando llama da la gracia. Y hasta el día de hoy así me siento.
Al mismo tiempo que entré a la Hermandad entré también a la Comunidad Nueva Alianza sirviendo en el Ministerio de Música, Y como desde niña he estudiado música, la Madre Isabel me echó el ojo para que yo fuera la que tocara.
El 7 de junio de 1992 hice Alianza Solemne con la Comunidad Nueva Alianza. Y el 30 de agosto de 1992 hice Votos Perpetuos con Dios y con mis hermanas Discípulas de Jesús.
Doy gracias a Dios por todo lo que me ha bendecido. Soy muy feliz como Discípula de Jesús.
DATOS BIOGRÁFICOS
Nací el 4 de junio de 1970 en la Ciudad de San Luis Potosí. Me bautizaron el 30 de agosto de 1970. Fui confirmada y recibí la Primera Comunión el 14 de febrero de 1976.
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