Esta semana de retiro fue una experiencia que ha quedado marcada en mi corazón para siempre, lo mejor que me pudo pasar, en definitiva, la mejor decisión que había tomado en mi vida hasta ese momento…
María Medugorie Robles Vargas
Hola a todos, hermanos y hermanas en Cristo Jesús. Mi nombre es María Medugorie Robles Vargas, tengo 24 años de edad y vivo en Veracruz, Veracruz. Me gustaría compartir con ustedes una gran experiencia que cambió mi vida gracias a la BONDAD INFINITA DE DIOS.
Verano 2015. Me encontraba terminando los últimos meses de mi servicio social de la carrera de nutrición, al mismo tiempo que cursaba en la escuela de música los estudios de piano y canto, con una ambición de esforzarme por conquistar los más altos grados de virtuosismo musical y cultural. Toda mi vida la viví bajo las luces del escenario, pensando que la felicidad allí estaba. Ciertamente encontraba una satisfacción… pero mientras duraba, después, NADA.
En la universidad me alejé mucho de Dios, le daba mucha importancia a la opinión de las personas que me rodeaban, buscaba ser el centro de atención. Con una vida donde no faltaba absolutamente nada, en el seno de una familia católica unida, con una linda casa, coche, estudios, amigos, fiestas, el apoyo de mis padres en todo, buena posición económica, en fin, no podría haberme quejado de nada… Pero no era así. En el fondo encontraba insatisfacción en mi corazón, no me saciaba nada de lo que hacía, incluso el estar frente al público, esperando la ovación… o en fiestas sin sentido que duraban hasta el amanecer… me resultaba vacío, sin vida, insatisfactorio, NO HABÍA PAZ en mi corazón.
Aquel verano ya llevaba diez meses de haber entrado a un grupo de oración de jóvenes católicos. Y mis padres también ya llevaban casi un año. Ver cómo Dios actuaba en ellos me impresionó muchísimo. Y ello me ayudó mucho para animarme a conocer más a Dios… Y comenzaba a distinguir una inquietud en mí, de saber lo que Dios quería de mí… si realmente Él había puesto ese deseo de llevar una vida más entregada a Él (aterrador en ese momento), o si yo tenía algún problema psicológico – mental – emocional, porque no me conformaba con lo que el mundo me ofrecía, lo que todos buscan de cierta manera, lo más común: un matrimonio, familia, un buen trabajo, el éxito, etc., etc…
Para esto yo ya había terminado una relación de noviazgo (con todas las implicaciones de este rompimiento) y para mí fue una gran oportunidad para dedicarme a descubrirme a mí misma y enfocarme de lleno a mi vida espiritual para conocer verdaderamente la voluntad de Dios. Comencé a hacer más oración, ir a retiros, etc etc. Sucede que, en Junio de 2015, durante los festivales musicales de fin de curso en la escuela de música, una amiga (quien ya había ido a un retiro vocacional anteriormente) de repente me preguntó si alguna vez había ido a un retiro de este tipo. Yo le dije que había tenido una idea pero que nunca me había animado por mi cobardía, honestamente. Cabe mencionar que estuve diez años de mi vida en escuela de religiosas, y… ¿la verdad?… Lo último que quería saber después de terminar el bachillerato era de monjitas.
Entonces fue que ella me empezó a hablar sobre las Discípulas de Jesús y sobre este retiro vocacional que hacían, me dijo algo que nunca olvidaré: “Estas religiosas son otra cosa, lo típico que piensa uno de lo que es una monja, ellas te lo quitan, te quitan el mal sabor de boca de lo que es la vida religiosa…” En ese mismo instante comencé a buscar en internet sobre ellas… Las encontré en Facebook y nos pusimos en contacto, les pedí permiso a mis padres y me apoyaron. Me las arreglé para ir… Algo me decía que algo bello estaba por suceder.
El primer día de retiro fui recibida con una gran bienvenida, guitarras, cantos y porras por Madre Silvia, otra hermanas Discípulas y las demás chicas del vocacional. Me sentí en otro planeta pero después reconocí que Dios quería que tuviera esta experiencia, me dio mucha paz… yo iba con tesón a este retiro. Desde que llegué le dije al Señor: “Señor, no me iré de aquí hasta que me digas qué es lo que tienes pensado para mí”.
Fue maravilloso el poder compartir con otras chicas las inquietudes que yo tenía, pasaron los días y ya nos tratábamos como hermanas, nos sentíamos muy unidas junto con las religiosas, las aspirantes y postulantes. Juntas oramos, cantamos y danzamos en alabanza Dios, hasta tuvimos tiempo de jugar, fue muy divertido y enriquecedor como ninguna otra experiencia, sentía que todo lo que hacíamos estaba bajo la protección de nuestra Madre María y en compañía de Jesús.
Esta semana de retiro fue una experiencia que ha quedado marcada en mi corazón para siempre, lo mejor que me pudo pasar, en definitiva, la MEJOR DECISIÓN QUE HABÍA TOMADO EN MI VIDA hasta ese momento, lo demás había sido en vano, sabía que ESTA ERA LA VOLUNTAD DEL SEÑOR JESÚS. Las Discípulas nos hablaron de temas que al menos yo no había escuchado antes con tanto ardor, con tanto sincero interés hacia nuestras almas, con tanta veracidad y seguridad. Dios nos ha creado porque nos ama con locura, miremos la Cruz. Nos ha creado para amar como Él lo ha hecho y lo hace, somos llamados a ser santos (o sea, a estar con Él y en Él para siempre), a seguir las huellas de Jesús en los estados de vida en que se puede alcanzar esta santidad: matrimonio, vida consagrada y soltería.
Nos hablaron sobre la vocación de ser mujer y de nuestra dignidad… que fuimos pensadas por Dios desde antes de ser concebidas, porqué así Él lo quiso, porque tenemos una misión bellísima que nos ha encomendado y que nos toca descubrir en el peregrinar de esta vida. Para todo el que esté leyendo esta pequeña narración… Deben saber que el mundo que conocemos, en donde la ideología de género se esparce como un virus, junto con el feminismo radical con sus propuestas baratas de cómo debemos tomar nuestras decisiones como mujeres, un mundo donde abunda el hedonismo y el egocentrismo, va totalmente en contra de nuestra bella naturaleza dada por Dios: hombre y mujer hechos el uno para el otro, en unión con Cristo, roca sólida donde se debe cimentar nuestro amor y fidelidad según la vocación, porque Él es el Amor, la Armonía, la Paz y la Fidelidad, la Felicidad verdadera y eterna, esa es su esencia… “Tú creaste a Adán, y para él creaste a Eva, su mujer para sostén y ayuda (complementariedad), y para que de ambos proviniera la raza de los hombres (fecundidad). Tú dijiste: “No es bueno que el hombre se halle solo; hagámosle una ayuda semejante a él”. “Yo no tomo a esta mi hermana con deseo impuro, más con recta intención (fidelidad). Ten piedad de mí y de ella y podamos llegar juntos a nuestra ancianidad (indisolubilidad y estabilidad).» (Tob 8,6-7) (Notas: Taller de discernimiento vocacional, El Matrimonio, Discípulas de Jesús, via Facebook).
Durante los cinco días de intensa oración, de charlas y ratos de recreación Dios me dio a conocer tantas cosas que no podría terminar de enumerar ahora. Escuchen todos: ¡Soy testigo de que Dios obra prodigios! Por eso le doy gracias infinitas a Dios, a nuestra Madre María y a ustedes Discípulas porque me han abierto los ojos ante tantas falsas alegrías y falsas propuestas de “felicidad” pasajera que el mundo ofrece. ¡Entré de una manera y salí de otra, me dí cuenta del valor de mi dignidad de hija de Dios y de mi dignidad como mujer!
Y claro que sí… ¡Dios mismo respondió mis plegarias! No tardó mucho en darme una bendición así, es verdad que cuando un alma está dispuesta a conocer la voluntad de Dios y es sincera consigo misma, pidiendo la docilidad al Espíritu Santo, el Señor no se deja vencer en bondad, Él contesta y llena de paz al alma que clama a Él; con la poderosa intercesión de María los miedos que tiene el alma se van, la seguridad está en mi Dios, porque solo hay paz cuando sabes cuál es su voluntad y más aún, cuando se realiza con amor y humildad.
La Madre Superiora al finalizar el retiro me dio varios consejos para continuar en discernimiento vocacional. Ofrecí un año de oración intensa y de compromiso a Dios en servicio a Él y al prójimo. Tengo que decir que no ha sido nada sencillo, la perseverancia y la paciencia son virtudes que debe uno pedir, pues hay días buenos y malos, con pruebas y gozos, con luces y oscuridades. Pero ahora sé claramente lo que el Señor quiere de mí, pues siendo libre para elegir… Él me ha llamado para ser su esposa, para pertenecerle sólo a Él por el resto de mi mísera vida, en la hermosísima castidad, la bellísima pobreza y la santa obediencia. Ahora sé que solo el que me ha Creado me hará mucho más gozosa y plena de lo que podría ser en otro estado de vida que Él no haya pensado para mí.
La aventura de seguirle apenas comienza, conozco también en qué congregación desea que sea su esposa, por ahora tengo que esperar. ¡Gracias Señor Jesús, gracias Virgen Santísima, gracias Discípulas de Jesús! Todo lo han hecho ustedes.
Mujer, ¡atrévete conocer el plan que Dios tiene para ti! Va más allá de lo que te imaginas y de lo que alguna vez podrás imaginar.
“NOS HICISTE, SEÑOR, PARA TI Y NUESTRO CORAZÓN ESTÁ INQUIETO, HASTA QUE NO DESCANSE EN TI…» (San Agustín).
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