¿Cuál es el motivo de tu música y de tu canto?

Jesucristo es el motivo de tu canción

Hoy te invitamos a preguntarte si realmente Jesucristo el motivo de tu canción. Porque en la vida son importantísimas las motivaciones. Si no tienes motivaciones, todo se vuelve triste, sin sentido, todo pierde su razón de ser.

La motivación es la fuerza que mueve tu corazón para que puedas realizar o alcanzar algo. Es el motor, el incentivo que te impulsa a mantenerte firme hasta lograr tus objetivos, la determinación de la voluntad que te lanza a realizar ciertas acciones para conseguir lo que buscas.

Es importante que descubras cuál es la motivación que hay detrás de las cosas que haces. ¿Por qué te levantas cada mañana? ¿Y por qué vas a estudiar o a trabajar? ¿O por qué haces las tareas de tu casa? Y… ¿Por qué oras, lees la Palabra de Dios, vas a Misa? Si nunca te lo has preguntado, debes hacerlo. Debes saber cuál es el motor que impulsa cada una de tus acciones.

Si eres músico y te dedicas a este servicio en la Iglesia… ¿Qué es lo que te mueve a cantar o a tocar? ¿Cuál es la fuente de tu inspiración para componer? ¿Cuál es tu incentivo para ser fiel a los ensayos? ¿Para servir?

Escúchame -léeme- muy bien:

Jesucristo debe ser para ti, músico de Dios, la fuente de toda tu inspiración y tu única motivación.

Y por eso hoy te pregunto: ¿es Jesucristo el motivo de tu canción? ¿Él es quien te inspira?

Cuando Jesucristo es tu motivación…

jesucristo-motivacion¿Sabes qué pasa cuando te has encontrado con Jesucristo vivo? ¿Cuándo has descubierto su amor único, fiel, incondicional, eterno? Él se transforma en el centro de tu vida.

Entonces esa experiencia es lo que empieza a impulsar toda tu vida. Te sientes cautivado por su amor y ese amor es lo que motiva tu canto, tu música, tu entrega, tu servicio…

Y te transformas en un músico de Dios ¡porque Jesucristo se ha vuelto la pasión de tu corazón!

Y por eso tu música y tu canto son:

– la forma de expresar el amor que tienes a tu Señor.

– la expresión del amor que sientes en tu corazón a los hombres, tus hermanos.

– tu forma de orar, de predicar a Cristo, tu forma de evangelizar.

La experiencia de este amor te lleva a dejar el pecado y a entregarle tu vida a Dios para que sea Él quien gobierne en ella. Por eso tu vida está llena del Espíritu Santo, y tu música está ungida plenamente por Dios.

Jesús no solo es el Señor de tu música, sino el Señor de toda tu vida.

Y así tu vida es el mejor canto, la mejor alabanza que puedes dar a Dios. Con tu vida predicas lo que cantas: “Porque de lo que hay en el corazón habla -canta- la boca…” (Lc 6,45).

Por eso San Agustín dice:

“Es nuestra vida, más que nuestra voz, la que debe cantar el cántico nuevo…”

¿Evangelizas con tu música?

musica-evangelizaCuando tu vida está tan profundamente unida a Cristo, es cristificante. Esto significa que empiezas a dar testimonio de la presencia de Dios en ti. Tu conducta, tus palabras, tu comportamiento, tu modo de pensar… hablan de Cristo. Y no solo en tu música y tu canto.

Por eso tu música predica…. ¡Por eso evangeliza!

Tu música es evangelizadora cuando:

  • comunica a Dios como una experiencia viva, y lleva a otros a esa misma experiencia,
  • hace presente a Dios, transmite su presencia hasta el mismo corazón del hombre,
  • permite la sensibilidad del alma a Dios, a su amor que sana el corazón,
  • busca establecer el Reino de Dios en el corazón del hombre.

Solo cuando tú has conocido a Cristo, su amor, la gracia de su salvación, puedes hacer que, a través de tu música, esta experiencia llegue a los demás. Y entonces Él será conocido, amado y servido gracias a tu canto, a tu música, a tu servicio.

¿Recuerdas la segunda de las Cuatro claves para que el Ministerio de Música funcione bien? Si no la recuerdas, te invitamos a que refresques todo lo que allí te decíamos… Tiene mucho que ver con esto.

Alimentar el encuentro con Cristo

Como te decíamos anteriormente, cuando Cristo es tu motivación Él mismo será tu fuente de inspiración. De Él brotará el mensaje de tu música. Por eso será un mensaje poderoso, que transformará los corazones.

Pero la amistad personal con Cristo debe ser alimentada y fortalecida cada día. Ese encuentro personal con Jesús se da en:

1. La oración personal

Es un diálogo cercano de amigo con Amigo. Un encuentro de amor en el que le darás la oportunidad a tu Dios de sanar tus heridas, de consolar tu corazón.

Y en esa intimidad Cristo te va liberando, y te va transformando, y te va uniendo con Él. Y vas creciendo en amistad y en amor a Dios y a los hermanos.

Todo esto lo puedes profundizar en este artículo de nuestro Blog: Orar: la experiencia maravillosa de estar en los brazos amorosos de tu Padre Dios.

La mayor parte de los cantos y composiciones surgen en estos momentos en que la música se vuelve un medio para hablar con Dios.

2. La lectura de la Palabra

Dice San Jerónimo: “A Dios hablamos cuando oramos -cuando le cantamos- pero a Dios escuchamos cuando leemos su Palabra…”

Porque a través de ella Dios se nos revela, nos muestra sus deseos, su voluntad. Sin esta escucha atenta nuestra oración sería un simple monólogo.

Además su mensaje es verdadera fuente de inspiración para componer. ¡Si! Su Palabra misma debe ser nuestra principal fuente de inspiración. De hecho, los cantos más ungidos y que más llegan al corazón suelen ser textos bíblicos musicalizados.

Si no sabes cómo leer la Palabra de Dios te recomendamos una serie de artículos que publicamos en nuestro Blog hace un tiempo. ¡Todos están muy interesantes!

3. El encuentro con Jesús en la Eucaristía

Otro modo de alimentar ese encuentro de amigo con Amigo, es a través una comunión viva e intensa con Jesús Eucaristía.

Comulgar es la oportunidad de unirte profundamente con Jesús. Cuando lo recibes en tu corazón es el momento ideal para adorarle, para decirle y cantarle todo tu amor. Por eso es tan importante participar de la Misa los domingos como mínimo, y de ser posible algún otro día entre semana.

Además este alimento te fortalecerá en el camino de tu vida cristiana, como te lo explicamos en el artículo: La clave para vivir con coherencia tu fe en medio de las dificultades de la vida.

Y cuando lo adoras expuesto en el Santísimo Sacramento u oculto en el Sagrario la música se convierte en una verdadera ofrenda de amor: “Te canto porque te amo, mi Señor…”alimentar-encuentro

4. El Sacramento de la Reconciliación

Cuando empiezas a conocer a Dios comienzas a ser cada vez más consciente de tu pequeñez, de tu pobreza, de tu pecado. Y buscas estar limpio de corazón, “para ver a Dios” (Mt 5,8).

Por eso es tan importante la confesión humilde de tus faltas en el Sacramento del amor misericordioso de Dios, ya que te capacita para estar cerca de Dios. Aquí tienes una pequeña catequesis sobre el Sacramento de la Reconciliación, que te sugerimos revisar: La reconciliación.

5. Tu formación cristiana

¡Sí! No solo la formación musical. Dios no te ha llamado para ser su siervo, sino para ser su amigo (Jn 15,15). Primero estás llamado a estar con Él, y después a servirlo: “Los llamó para que estuvieran con Él y para enviarlos a predicar…” (Mc 3,13-14).

Por eso sin una base sólida en tu formación cristiana serás un simple cantante/guitarrista/tecladista… ¡Pero no un verdadero músico de Dios!

La experiencia de tu servicio debe ser consecuencia de que vives ese amor y esa amistad con tu Maestro. Y por lo tanto, lo conoces, y conoces su doctrina, y lo que profesa y enseña su Iglesia.

Por eso te invitamos a visitar con frecuencia nuestro Blog Haciendo Discípulos, donde encontrarás variedad de temas que te ayudarán a crecer en tu formación cristiana.

6. Encontrar a Dios en los hermanos

Otra de las formas de llenarte de Dios es a través de la vida fraterna. El Ministerio de Música debe ser para ti la familia que te protege, te ama, te cuida, te corrige y te lleva a Dios.

¡Están llamados a ser hermanos y amigos en el Señor!

7. El amor a María, tu Madre

Tu música refleja indiscutiblemente, esta vivencia. En torno a María encontrarás protección y cuidado. El Espíritu Santo y Ella formaron a Jesús, y de la misma manera le pueden formar en ti. Ella siempre te recordará: “Hagan lo que Él les diga…” (Jn 2,5).

8. El amor a la Santa Iglesia

Tu servicio siempre debe darse en el marco del amor y la obediencia a la Madre Iglesia. Y esto, recuérdalo bien, será una gran bendición y una protección para ti.

Nunca olvides que por el Bautismo has nacido en la Iglesia y eres para la Iglesia. La Iglesia es el lugar donde el Señor te ha llamado a vivir tu vida de fe y donde te llama a servirle. Estás llamado a enriquecerla con tus dones y talentos musicales. Debes “amar y servir a la Iglesia, como Cristo se entregó por ella…” (Ef 5,25).

Y esto implica estar siempre en obediencia y subordinación a sus pastores, te guste o no te guste lo que ellos te estén pidiendo o mandando. Porque una ley espiritual es: “El que obedece no se equivoca”. Puede estar equivocado el que manda, y ya le dará cuentas a Dios. Pero tú, obedeciendo, nunca vas a equivocarte, porque esto es lo que Dios nos manda: Sométanse todos a las autoridades constituidas, pues no hay autoridad que no provenga de Dios, y las que existen, por Dios han sido constituidas. De modo que, quien se opone a la autoridad, se rebela contra el orden divino, y los rebeldes se atraerán sobre sí mismos la condenación…” (Rm 13,1-2).

Que tu música sea tu “¡Te amo!”

musica-para-amarComo ves, ser un músico de Dios no es solo cantar por cantar…

Tu servicio como músico de Dios debe ser fruto de tu vida cautivada por el amor de Jesucristo, tu Señor. De tu ser auténticamente guiado y dirigido por Dios y hacia Dios.

El Señor debe ser la fuente de la que surja toda tu música y tu canto, todo tu servicio. Entonces podrás reconocer que es Jesucristo el motivo de tu canción.

Su amor personal e incondicional hacia ti hará brotar de tus labios un canto de alabanza y de gratitud…

Todo en ti será entonces un reconocimiento a su amor, a su poder, a su grandeza, a su majestad…

Y por eso tu música y tu canto…

serán la manera concreta que tú tienes de hablar a los demás de tu Señor…

tu forma de hablar de su amor, de su perdón, de su misericordia…

el modo en que tú embelleces todo aquello que puedes ofrecer a tu Señor…

Tu música y tu canto serán entonces el modo único y especial que tú tienes de decirle a tu Dios: ¡Te amo!”

Para terminar…

Te invitamos a compartir tus experiencias en los comentarios…

¡No te guardes tu riqueza! ¡Comparte!


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2 comentarios
  1. JUAN CARLOS CARO VELARDE
    JUAN CARLOS CARO VELARDE Dice:

    Hermanas que importante este documento para nosotros los músicos católicos, reflexionaba que si comprendieramos este mensaje nuestros canto y alabanzas serian perfectas a Dios, con mayor gracia cuando nos damos cuenta que nos motiva A ser músico de Dios. muchas gracias por este documento que lo llevaremos presentes saludos desde tepic Nay.
    Dios las bendiga.
    juan carlos caro velarde

    Responder
    • Discípulas de Jesús
      Discípulas de Jesús Dice:

      Gracias por compartir tu comentario hermano Juan Carlos !!! Nos da mucho gusto que todas estas enseñanzas sean de utilidad. Precisamente el objetivo es que puedan ustedes llevarlas a sus grupos y ministerios, compartirlas, comentarlas, orarlas… para crecer y el servicio que prestan a Dios y a los hermanos sea cada vez más excelente.
      Y gracias también porque es muy bueno que se vayan animando a comentar y a compartir, ya que eso nos alienta a apoyarnos entre todos los que queremos ser discípulos de Jesús… Porque aunque estemos en distintas partes del mundo… ¡qué lindo es sentir que tenemos hermanos con los que compartimos la misma fe, los mismos ideales, el mismo amor a Jesucristo! ¿Verdad?
      ¡Que Dios te bendiga! ¡Ánimo, y a seguir enamorándose cada día más de Jesucristo! Solo así nuestra música moverá corazones y cambiará vidas… 😀

      Responder

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