Diez consejos para recorrer con éxito el camino de la Cuaresma

El camino de la Cuaresma

Una propuesta para el camino

El tiempo litúrgico de la Cuaresma nos recuerda que estamos en camino. Sobre todo, un camino interior, que nos debe llevar poco a poco a despojarnos del hombre viejo y revestirnos del hombre nuevo.

Hace más de veinte siglos unos hombres escogieron el poder para humillar a Jesús, la violencia para colgarle de una cruz. Hoy, más de 2000 años después, la mayoría de los que nos decimos cristianos hemos escogido la indiferencia para que Jesús no complique demasiado nuestras vidas…

Por eso es tan importante que en este tiempo de Cuaresma revises tu vida como cristiano, como discípulo de Cristo. Para vivir y celebrar una auténtica Cuaresma debes esforzarte por acompañar a Cristo camino de la cruz en tantos y tantos hermanos que realizan cada día el camino del Calvario.

Este decálogo que hoy, al iniciar la Cuaresma, queremos ofrecerte, es una sencilla propuesta para este camino y una invitación al compromiso. Deseamos de corazón que te ayude a recorrer con Jesús el camino del Calvario… Solo así podrás, al cabo de cuarenta días, reconocerle en el camino de Emaús y gozar para siempre de su compañía.

Decálogo cuaresmal para los amigos de Jesús

El decálogo de la Cuaresma. 1

Libérate

Esta vez no se trata de liberar tu teléfono celular; sino de liberarte a ti mismo. O mejor, de dejar que Dios te libere. Permite que Él, que conoce tu contraseña, entre en tu vida y configure tu corazón. De esta forma usarás únicamente el pin de los discípulos de Jesús: ¡felicidad plena!

El decálogo de la Cuaresma. 2

Aprovéchate

De cada uno de los próximos 40 días. Son 40 oportunidades que tienes por delante para demostrar a Jesús que tú no vas a dejarlo solo.

El decálogo de la Cuaresma. 3

Conviértete

De corazón. No te preocupes por la fachada, por el envoltorio, por las apariencias… Jesús te conoce de sobra; así que no podrás engañarlo con penitencias baratas, de «mentiritas». Rasga tu corazón, no tus vestiduras.

El decálogo de la Cuaresma. 4

Ubícate

Para eso utiliza el GPS de los Evangelios, en especial, el pasaje de Lc 4,1-13. Acude al desierto donde te esperan un montón de dudas y tentaciones… Y no te des a la fuga, no escapes: Jesús no te dejará solo. Si confías en Él, saldrás victorioso.

El decálogo de la Cuaresma. 5

Ayuna

Levántate todos los días con hambre de justicia. Acude a tu trabajo con hambre de solidaridad. Relaciónate con tus hermanos con hambre de fraternidad. Acoge las pruebas y los sinsabores con hambre de fe y acuéstate al finalizar la jornada con hambre de Dios. Ya verás como acabarás dándote «un atracón» de amor… ¡Pero de Amor del bueno!

El decálogo de la Cuaresma. 6

Reza

Cierra las puertas de la desidia, de los ruidos, de las prisas, del «cumplimiento». Y, ahí, en lo escondido, en el interior de tu corazón, ama, ora y habla a Dios de los hombres y a los hombres de Dios. Porque nada sabe de oración el que no ama, y nada sabe de amor el que no ora.

El decálogo de la Cuaresma. 7

Escucha

Precisamente porque Dios te ha dado una boca y dos oídos, escucha el doble de lo que hablas. Pon «en cuarentena» tu lengua y escucha la hermosa melodía que Dios, a través de su Palabra, de tus hermanos, y de la Creación entera, pone todos los días en tu corazón.

El decálogo de la Cuaresma. 8

Santifícate

Dios, a través de este tiempo de gracia, te envía un mensaje: «La cruz es ante todo una declaración de amor». A pesar de que haya gente a tu alrededor que siga prefiriendo un cristianismo cómodo y a su medida, tú apuesta por un cristianismo de cruz. Recuerda que una persona santa no es aquella que nunca cae, sino la que siempre se levanta.

El decálogo de la Cuaresma. 9

Mira a tu alrededor

La Cuaresma no es un tiempo para caminar solo. A tu lado, Jesús sigue cayendo una y otra vez bajo el peso de la cruz. Solo los que tienen ojos pueden ver las necesidades de los otros y convertirse en cireneos de tantas personas que siguen recorriendo el camino del Calvario día tras día.

El decálogo de la Cuaresma. 10

Ama

Pues sin amor jamás entenderás a Dios, porque Él es eso, precisamente: Amor. Combate las dudas, los fracasos, las cruces, el dolor… a base de amor. No olvides que, si sufriendo se aprende a amar, amando se aprende a sufrir. Si amas, la Pascua, la resurrección, la dicha de un Dios-Amor, brotará con fuerza poderosa en tu vida y en la de tus hermanos… ¡Haz la prueba!

¡Bendecida Cuaresma!

Recuerda que, al emprender el viaje, el paso más difícil de todos es siempre el primero, y ese paso, tú, que estás leyendo estas líneas, ya lo has dado… Por eso queremos desearte hoy: «¡Buen camino! ¡Buena Cuaresma!».


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