Cuatro actitudes para vivir en Cuaresma

Cuatro actitudes de cara a la Cuaresma...

Una vez más nos preparamos para iniciar la Cuaresma. Y lo hacemos con la Semana de Ceniza, que es como una puerta de paso hacia estos 40 días tan especiales para los cristianos. De hecho, estos días no son computados como «primera semana de Cuaresma», sino más bien se les da el título general de «Semana de Ceniza».

En este tiempo el Señor te invitará a revisar los cimientos de tu fe, los compromisos de tu Bautismo, tu trato personal y comunitario con Él, el puesto que le das a los hermanos en tu vida ordinaria.

Preparándote así, estos 40 días tendrán un nuevo sentido. Por eso hoy te proponemos estas actitudes para vivir en Cuaresma:

  • Recuerda lo fundamental
  • Mira más allá
  • Pon cimientos en tu vida
  • Entra en tu corazón

En esta Cuaresma… recuerda lo fundamental

Recuerda lo fundamental...
La Cuaresma, con su fuerte y constante llamado a la conversión, te ayuda a descubrir quién es Dios verdaderamente, quién eres tú delante de Dios y quién es tu hermano…

San León Magno les escribía a los cristianos:

«He aquí los días marcados de manera especial por los misterios que han renovado a las personas… Estamos invitados a prepararnos para el acontecimiento pascual de manera más activa y con una purificación religiosa… Este es el ayuno que tenemos que cumplir: abstenemos absolutamente del pecado…»

¿Por qué esta insistencia? El Bautismo te puso en marcha hacia una existencia nueva, con unos valores nuevos, con una orientación nueva. Hizo que fijaras tu mirada en el Dios predicado por Jesús.

Sin embargo la liberación del corazón es un largo proceso… Y la tentación de todo hombre y mujer a lo largo del tiempo es la misma: construirnos dioses falsos, ideas de Dios que no son Dios, sino más bien proyección de nosotros mismos. Por eso nos fabricamos un Dios a nuestra medida. Y hacemos de las normas y costumbres leyes universales. Lo que pasa es que en el fondo de nuestro corazón hay mucho de fariseísmo, de hombres que prefieren la seguridad de la ley a la apertura al Espíritu. Entonces cada uno tiende a hacerse su ley, su estructura, su propio modo de ver a Dios. Y así sucede muchas veces que lo que creemos que es camino hacia Dios no es sino una muralla que nos separa de Él.

Por eso es importante la Cuaresma: para recordarte qué es lo fundamental. Porque la Cuaresma, con su fuerte y constante llamado a la conversión, te ayuda a descubrir quién es Dios verdaderamente, quién eres tú delante de Dios y quién es tu hermano. Y esta es la primera de las actitudes para vivir en Cuaresma que te recomendamos.

Tal vez sientas que toda esta tarea es imposible por tus propias fuerzas.Pero recuerda que solamente la podrás hacer atendiendo a esa llamada a la conversión que Dios mismo te dirige y en la que Él se ha empeñado contigo.

En esta Cuaresma… mira más allá

Mira más allá...
Este es el sentido de la oración, el ayuno, y la limosna: que aprendas a levantar la vista, a salir de tus egoísmos, y a mirar más allá…

Cuando el autor del libro del Génesis quiere explicar el pecado en la existencia humana, nos habla de la serpiente. Desde el principio, se nos dice, los seres humanos quisieron todo y todo de repente. Quisieron ser dioses en un abrir y cerrar de ojos. La espera, el camino, las etapas, la lenta marcha les parecía una empresa imposible. Y hoy, después de tanto tiempo, sigue pasándonos lo mismo.

Por eso son importantes los 40 días. Es un tiempo penitencial aparentemente largo, aunque en realidad no lo es tanto. En él iremos proclamando y meditando los textos esenciales de la Palabra de Dios. El único objetivo: Volver a Dios de todo corazón.

¡Y esto ya es gracia! Porque… ¿cómo puedes cambiar de camino si no te das cuenta de que estás recorriendo senderos equivocados? Tienes que reconocerlo… Muchas veces tus caminos no te llevan a la libertad; te dejan siempre en el mismo sitio: en tus caprichos y antojos.

Por eso la Cuaresma te invita a mirar más allá. Este es el sentido de la oración, el ayuno, y la limosna: que aprendas a levantar la vista, a salir de tus egoísmos, y a mirar más allá. Mirar a Dios a través de la oración; mirarte a ti mismo como Dios te ve a través del ayuno; y mirar a los otros, a los hermanos, a través de la limosna.

En esta Cuaresma… pon cimientos en tu vida

Pon cimientos en tu vida...
Tu definitivo cimiento, la Roca donde puedes descansar, es Dios. Todo lo demás se mueve, se tambalea, cae…

La gran afirmación inicial de la Cuaresma es: «no eres lo que haces», «no eres trabajo», «no eres pura ocupación», «no eres una máquina». Eres una persona y necesitas cimientos. Si no tienes cimientos serás como ceniza que el viento lleva de un sitio para otro. Tu definitivo cimiento, la Roca donde puedes descansar, es Dios. Todo lo demás se mueve, se tambalea, cae.

Así, la tercera de las actitudes para vivir en Cuaresma que hoy te proponemos es precisamente esta: aprende a poner cimientos firmes, empieza a construir sobre Roca, afiánzate en el que es la Solidez y le puede dar estabilidad a tu vida.

Para esto, recuerda que cuando la Iglesia en estos días habla de penitencia, te está invitando a ser tú mismo, a dejar de lado tantas cosas que no son esenciales. Seguramente «penitencia» te suena a dureza o a dolor, porque te has habituado a cosas superfluas, pasajeras… Y te cuesta dejarlas de lado y desprenderte de ellas.

Una vez alguien que visitaba unos grandes almacenes decía: «Aquí me doy cuenta de lo bien que se vive sin tantas cosas. ¡De cuántas cosas puedo prescindir! ¡Qué bien me siento sin necesitar todo esto!» Mientras él comentaba esto, miles de personas iban de un lado a otro, preocupadas por comprar «complementos», adornos, cosas innecesarias…

Y tú… ¿Vas por la vida «adornado», para disimular que debajo de los adornos hay poco o nada…? Si vives así, la Cuaresma te invita a quitar todo lo superfluo de tu vida, los adornos, lo que sobra, para centrarte en lo esencial. Para cimentarte en la Roca firme que nunca se moverá. ¡Qué liberador es esto!

En esta Cuaresma… entra en tu corazón

Entra en tu corazón...
En Cuaresma la invitación es: «Entra en tu adentro, en tu corazón». Es allí donde Dios te quiere visitar, donde te está esperando…

Finalmente, si quieres escuchar la voz de Dios, esta Cuaresma será un don de Dios para ti. Porque el amor de Dios llegará a ti dándote muchas oportunidades de ser de otra manera. La conversión no es un empeño personal solamente. Es, fundamentalmente, un don de Dios, una palabra del Espíritu pronunciada en tu corazón.

En el Evangelio del Miércoles de Ceniza Jesús denuncia las manipulaciones que ciertas personas, muy religiosas en apariencia, hacen de Dios. Pero el Evangelio no es apariencia, es profundidad. Hay gestos y actitudes que a primera vista parecen muy religiosas, pero que en el fondo no son nada más que lejanía de Dios. Lamentablemente a veces puedes llegar a creer que haciendo ciertas cosas «comprarás» a Dios, o harás que Dios se incline hacia ti. ¡Pero no! Dios es Dios, y Él lee los corazones, no se queda en las apariencias.

Por eso la invitación es: «Entra en tu adentro, en tu corazón». Es allí donde Dios te quiere visitar, donde te está esperando… Allí es donde descubrirás cuáles son las actitudes para vivir en Cuaresma que tienes que adoptar. Es donde Dios quiere pedir tu colaboración para que seas más escuchador de su Palabra y más cercano a todo lo suyo.


¡Feliz y bendecida Cuaresma!


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